Para finalizar la jornada del sábado, el pastor y salmista Daniel Calveti compartió un mensaje desafiante, que animó a todos los hombres a perseverar y mantenerse íntegros.
Como no podía faltar, previo a dar inicio a su mensaje el salmista interpretó algunas canciones. “Gracia sublime” y “Tú tienes lo mejor para mí” fueron las alabanzas que interpretó junto a los músicos, lo que provocó que se creara un ambiente festivo. También, con las manos hacia el cielo y adorando al Padre, entonaron los versos: “Eres Dios de mi historia, tú tienes todo el control. No hay infierno que gane, pues tú estás aquí”.
A continuación, presentó el mensaje e incentivó a los hombres a que buscaran en la
Palabra el capítulo 20 del libro de Mateo. Sin embargo, antes de comenzar a predicar, hizo subir a los niños al púlpito y, junto a Marcos Brunet, declararon sobre ellos que son una generación poderosa en Dios. Pastores, salmistas, evangelistas y talentosos hombres y mujeres llenos del Espíritu Santo.
Para comenzar, narró la parábola que Jesús compartió acerca de los trabajadores del viñedo. En resúmen, la historia cuenta que el dueño de un campo buscó en la plaza a quienes quisieran trabajar. Pasó a las nueve de la mañana, al mediodía, a las tres de la tarde y a las cinco, ya casi finalizando la jornada. En todas esas ocasiones encontró personas esperando, y las contrató. Ahora bien, el pastor quiso destacar la actitud de aquellos últimos, los que esperaron hasta el final.
“¿Cuántas veces en la vida nos encontramos así?, preguntándonos ¿por qué a ellos sí y a mí no?”, mencionó el pastor e identificándose como la mayoría de los presentes. Sin embargo, dijo que nosotros tenemos la decisión de quedarnos en la plaza o irnos, de perseverar o abandonar. Ante esto, animó: ¡Quédate esperando!”.
Por otro lado, mencionó que el diablo también visita en la plaza. Nos hace dudar y querer darnos por vencidos. Nos dice que somos o muy viejos o muy jóvenes, que nunca vamos a estar capacitados. Sin embargo -mencionó Calveti- “el Espíritu Santo es el que te sostiene y hace que permanezcas”. También recalcó que debemos saber escuchar la voz correcta, al preguntar: “¿Y si en vez de escuchar al diablo que te dice que estás abandonado, por qué no mejor escuchas al Señor que dice que estás reservado para una hora especial?”.
A continuación, aseguró que en un momentito Dios puede realizar lo que muchas veces intentamos por nuestras fuerzas, porque no es en nuestro tiempo, sino en el de Él. “Dios en un momentito puede hacer que la atmósfera de tu casa cambie”, declaró el salmista. Volviendo a la parábola, dijo que los obrero que trabajaron todo el día se quejaron al saber que iban a cobrar lo mismo que aquellos que trabajaron solo una hora. Lo que no sabían es que estos últimos recibieron su recompensa por todo el tiempo que esperaron en la plaza y resistieron las mentiras del diablo.
De esta manera incentivó a los hombres a acabar con la intimidación y a llenarse de fe para recibir la recompensa por su integridad. “En la plaza, cuando estás solo, es cuando Dios te transmite los planes que tiene contigo”, aseguró y para finalizar declaró: “Te vas a convertir en la noticia de los que te rodean, no por tu fuerza, sino porque Dios te va a prosperar”. Y concluyó diciendo que vale el esfuerzo de amar a Dios con todo nuestro corazón, de serle fiel e íntegro”.