Durante la tarde de la segunda jornada de “íntegros 2019”, contamos no solo con una ministración gloriosa, sino también con una prédica que encendió los corazones de cada hombre que se dejó ministrar por el Espíritu Santo.
Antes de comenzar con la prédica, el salmista Marcos Brunet introdujo a los hombres a un ambiente de adoración para exaltar el nombre Dios. ”Tuyo es el reino” y “Una cosa pediré” fueron algunos de los temas que sonaron en la noche del sábado, mientras que una oración inundaba el auditorio diciendo: “Espiritu de sabiduria, alumbra los ojos del entendimiento para conocerte más y hacerte conocido para unirnos con el señor”. “Santo, santo”, fue la palabra que más proclamó el salmista, quien automáticamente desafió, diciendo: “¿Usted sabe por qué adoramos?” Y respondió: “La adoración es la respuesta a lo que creemos, es decir todo lo que usted declara de Dios, eso llena automáticamente su interior, cuando usted declara que Él es Santo, usted se está llenando de la pureza de Dios”
A continuación, comenzó a declarar que “un hombre íntegro es aquel que no negocia con la verdad, es alguien que conoció la gracia por la potencia del amor de un padre y es aquel que reconoce su error, no se distrae de su propósito y no vive de apariencias”. Además, mencionó que “un hombre íntegro es aquel que busca la inspiración divina para redimirse y convertirse en un héroe simplemente porque ama de una forma incondicional”. Luego de esta introducción, declaró: “Los próximos minutos deseo darles una impartición para que todos salgan activados como sacerdotes”.
“A pesar de estar en un mundo donde hay altas confrontaciones, es importante que seamos ejemplos para nuestras familias, porque en ese mundo nadie va a hacer lo que usted dice, sino lo que usted está haciendo”, remarcó Brunet. Por otro lado, enseñó que decir sacerdote es entender que nuestro llamado en esta tierra, y enseñó que este mandato nace de la historia del antiguo pacto, donde la tribu de Leví decide seguir a Dios y es elegida por Él, llamándolos sacerdotes, quienes eliminan las distancias, reconcilian y son intercesores. En esta época de gracia, y partir del nuevo pacto, Dios nos habilita a quienes los recibimos como Rey y Salvador a ser agentes de reconciliación para unir al mundo con Dios.
A continuación, explicó que para entender nuestro sacerdocio es necesario tener en cuenta tres aspectos:
1 - Genética: Esto -explicó Brunet- es porque somos linaje escogido, nacidos de nuevos y no solo del agua, sino también del espíritu y automáticamente obtenemos el adn del rey de reyes. Por ende, “todo lo que decidas hoy te da otro poder de autoridad y tus generaciones lo verán”, declaró.
2 - Representantes legales del Padre: Con respecto a esto, declaró: “El secreto no está en nombrarlo sino entender para qué Él te ha enviado”. Agregó también que “debemos entender que tenemos adoración e intercesión, que son las armas más valiosa que nos da el Señor: la intercesión porque trae a realidad del reino y la adoración porque establece lo que traemos”. A esto, agregó. “Cuando tengas un problema recuerda tu identidad, tienes una voz para contar el cielo con la tierra. Recuerda que su nombre es fortaleza y vestidura, poder y autoridad”.
3 - Pasión extraordinaria: En este punto, Brunet explicó que es necesario tener una pasión fuera de lo normal y espiritualidad fuera de lo normal, porque la pelea no es contra la carne, sino que es necesario doblar rodillas y vivir con integridad.
Antes de abrir un altar multitudinario de hombres rendidos a la presencia de Cristo, el salmista desafío a los presentes diciendo: “Deja tu agenda profesional y pon a Dios en primer lugar, decile ‘no me muevo de acá hasta que hagas algo’. Sean hombres apasionados por dejar huellas en generaciones”.
Para terminar la prédica, invitó al apóstol de la casa Carlos Belart para orar por todos los hombres que buscaban desesperados la presencia de Dios.